Consecuencias

Actualmente, la sociedad tenemos a nuestra disposición una amplia variedad de bienes y servicios, desde los más básicos a los más cosmopolita. Aparentemente, esto parece ser un beneficio, pero no es así ya que el consumo y producción desmedida da lugar al déficit de recursos. Concretamente, hoy en día la economía se basa en extraer las materias primas, manufactura y producción, distribución y desecho.

Por un lado, en la extracción de materias primas surgen varios problemas ya que o la energía que se extrae no es renovable o tarda mucho en regenerarse. Con esto estamos alterando la capacidad de regeneración, y estamos produciendo energía o materias primas contaminando, como por ejemplo la quema de combustibles fósiles.

Por otro lado, en el proceso de producción también se contamina ya que se introducen sustancias químicas y se generan subproductos contaminantes. Sin embargo, todo el impacto ambiental no se refleja en los precios de los productos. Además, cabe destacar que nuestra sociedad es consumista ya que con la obsolescencia programada, al no durar los productos, tendemos a comprar más.

Finalmente, los productos acaban desechados en vertederos o quemados para su valorización energética. Los niveles de basura han aumentado, y no optamos por el vertido cero y la reutilización, lo que da a lugar a grandes problemas Los vertederos producen gases y lixiviados muy contaminantes para el aire, el suelo y el agua. Las incineradoras emiten gases tóxicos, dioxinas y furanos a la atmósfera, consumen energía y dejan un 30% de escoria, un residuo tóxico que requiere un tratamiento especial.

Generalmente, podemos diferenciar cuatro tipo de consecuencias. Por un lado la global, es nocivo a nivel general para el equilibrio ecológico debido al enorme consumo de recursos naturales y a la contaminación propiciada por los procesos de producción. Por otro lado, regional que hace referencia a la compra de productos en otras regiones que aumenta el desequilibrio de la balanza comercial entre estas. Además, a nivel social, una de las consecuencias más importantes es la desigual distribución de la riqueza, partiendo de que los consumidores son de inferior nivel socioeconómico que los propietarios de las compañías basadas en la producción de objetos de consumo. Por último nos encontramos con las consecuencias a nivel familiar y personal muy relacionadas entre sí ya que los gastos innecesarios en la
vida familiar debido a la publicidad podrían ser ahorrados, y es más saludable comprar productos ecológicos que empaquetados.

Este estilo de vida es insostenible a largo plazo. Por ello, debemos incentivar a la producción responsable y los consumidores a ser conscientes de lo que compramos.



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